jueves, 13 de abril de 2017

Azul

Es noche y es brisa, es sueño.
El mar es un plato, y yo como
de él, como han hecho tantos
antes de mí. Resuena.
Resuena su luz invisible en la
oscuridad, resuena su lamento
y su quejido interminable.

Llama a la luna, y responde.
Llama a los cielos y se unen en
un mar celestial inacabado.
Me llama a mí y no sé responder
en su inmensidad. En su diminutez.
Hoy es suave, es tranquilo.
ayer fue fuego y furia helada.
La noche le cubre, su capa es
mi mente y mi mente se diluye
entre sus olas. Entre sus fauces
de amor imposible y necesario.

Le llamo y me llama. Pero.
No hablamos el mismo idioma.
Yo grito números y palabras,
Estructuras lógicas que tan bien
conozco, que tan mal desconozco.
Me responde en su vacío completo
con un viento que es más caricia
que dolor, me responde con un ciclo
de pesares y de espumas que no olvido,
que no entiendo. Me responde con
su esencia y yo le miro fijamente
sin saber si su respuesta es mi pregunta.



lunes, 10 de abril de 2017

Agua dulce

Hoy he visto a un hombre 
intentando vaciar el mundo de algas.
Caña a caña, pez a pez,
repitiendo sus errores
como un salmo y haciéndolos
tan ciertos como la ignorancia
de su arte que enarbolo en mis palabras.

Hoy he visto el sol ponerse 
en la montaña, como temiendo
que le viera demasiado. Poco.
He visto el mar por primera
vez en tanto. Por primera vez
en el tiempo que cuenta.
El sol y el mar tan juntos.
tan separados, tan grandes y
tan pequeños ante mis ojos.

Hoy he visto y he sentido
la nana interminable del océano,
que traga a sus hermanos de
sal y de sangre. Huele a nuevo
y siente a viejo su lamento 
inhumano y cercano a la vez.
Llueve, en horizontal, acercándose
poco a poco a mi yo, a mi roca.
La marea traga y no devuelve,
mis palabras se ahogan en su
proximidad y sé que debo huir, 
porque de vivir aquí y de permanecer
en la serenidad de su recuerdo y su
presencia me perdería, me perdería
feliz de desaparecer entre sus olas.


sábado, 8 de abril de 2017

Mil hermanos

Negro, todo es negro, y no
por culpa de mi vista, de mi rostro.
Vuestro día ha muerto al fin,
asesinado por los de su estirpe,
por sus amigos. Todo es negro 
porque ya no puede ser de otra forma.
Llora sangre oscura el agujero
entre las nubes. Sabe que 
un sacrificio tal no es válido
si el dolor no reclama pieza
en la victoria embadurnada.

Cambiando de tema. Ahora
que habéis cambiado el mundo,
¿os gusta lo que veis?¿Extraéis
satisfacción del sufrimiento de
vuestros opresores?¿De los que,
ahora cadáveres no son 
más que niños? Matasteis por 
no ver que la putrefacción era
vuestra, nos odiasteis por sentir
algo, aunque ese algo fuera
rabia y fuera gangrena del alma.

Ahora, habéis ganado nuestra tierra.
Vuestra tierra endeudada de
muerte y sedienta de la vida que
ya no tiene. Ahí tenéis vuestra
victoria en la guerra entre hermanos,
ahí tenéis la recompensa del
fanático. Disfrutadla. En el olvido 
del cadáver no habrá risa que
perdone en humor vuestra elección.

Entre tantos millones de caídos
ante dioses que son más nuestros
que suyos. Entre los cuerpos ardientes,
vacíos de los que se fueron antes
de llegar. Entre los hijos de la carne, 
los padres de la alegría. Entre la espada
y la mentira me decidí a morir.
Entre mi mente y vuestra bilis acabé
cayendo atravesado. 
Y no me arrepiento.


miércoles, 5 de abril de 2017

¿Qué buscas?

Cinco fallos me vieron nacer
No puedo enumerarlos
Porque no acabaría a tiempo
De ver la obra de teatro
De la noche, del sueño
Cinco errores en mi interior
No los conozco
Quizá sean más de cinco
Pero poco importa, poco significa
Que existan o no existan
Las sombras de mi persona
De mi interior, del caos biológico
Que se hace pasar por reloj
Tic, tac  Tic, tac
No se lo cree nadie
En momentos como este
No hay reloj, no hay orden
Sólo palabras entrelazadas
Intentando llegar a un significado
Que ni siquiera saben si existe
Inconexas, desesperadas
¿No ven que son puro relleno?
Es para hacer tiempo,
Ya vendrá algo mejor
Anda, vete a tomar un café
No te quedes mirando los anuncios
¿Ves lo que te decía?
Ahí sigue el lector, enamorado de la publicidad
Ahí sigues tú, buscando algo que no hay




lunes, 3 de abril de 2017

Anansi no nos recuerda

Aquí estoy, me temo. Y aunque
llevo varios siglos abriendo puertas
a mis demonios y encerrando
mis chillidos en la sala de pensar,
sigo estando y, en fin, sigo temiendo.

Se me hizo el día sin avisar y
no me quedó más opción que 
perder la vista para no sacrificar
en vano el último rayo de sol.
Para no partir las baldosas con
la carga de los ojos y el dolor
que ha hecho presa de mi ventana.

Obligaciones me rodean como
buitres y sé perfectamente que 
de carroñeros llevo viviendo
años de tripa y de carne; y que
de carroñeros voy a vivir hasta
mi muerte. Lo sé perfectamente
y lloro sangre por no gastar
impunemente lágrimas en 
algo tan profano como el mundo.

De nuevo de me parte el
pensamiento en esquirlas de
intentos fallidos y en restos
inconclusos  de esos monstruos
que han robado mi refugio
y han vendido al hombre nuevo
los fragmentos ahora muertos 
de mi mente.

domingo, 2 de abril de 2017

La química del carbono

Hoy siento, creo. Aunque se pierda
en la niebla y en la luz del sol
mi lucha y mi palabra, me niego.
Me niego, simplemente, a dejar
que caiga mi sudor en el mar
de lágrimas ajenas que me rodea.
Me niego a que mis horas muertas
se desvanezcan en las almas vacías
que me ahogan. Si el estudio me
hizo sabio, y la voz me hizo persona,
el hombre mudo y ciego de la
esquina de la vida no tiene nada
que envidiar de sus mejores, sus peores.

Y sigo, y seguimos ladrando como
perros de pensamiento a la química
del carbono por hacernos y a la 
química del odio por terminarnos
tan a medias, tan enteros y mal hechos.
Y seguimos, y sigo implorando con
la navaja en la mano al sueño
americano que se eche a un lado
y nos deje vivir sin esperar, vivir
sin existir para los otros. Y siguen,
y sigo cerrando los ojos para ver
con claridad nuestro viaje y nuestra
caída de los cielos despejados.

Aunque creo que ya he dicho 
veces más que suficientes que el
deseo es aburrido si no hay nadie
que desee lo contrario. Aunque
tengo la garganta seca de tanto
pedir desiertos y recibir junglas
de palabras que tragan todo y dicen 
nada. Aunque ya he rezado suficiente
al nuevo dios de laboratorio y aunque
ya he escuchado vuestros gritos de 
alegría ante la muerte del pasado,
no me olvido y no perdono 
que viváis en alabanza el abandono
de la mente y la persona 
y que sacrifiquéis lo que he soñado 
ante los ojos legañosos de los reyes de Sodoma.




sábado, 1 de abril de 2017

Qué querría

Voy a labrar en oro y plata
tus aciertos, y escribiré en
limón y sueños míos tus fracasos,
para que lo único que los vea
sea el fuego al devorarlos.

Voy a hacer un castillo con
mis silencios, donde vivas
protegida de mí y de mis
esquirlas. Donde cierres
los ojos y no pienses en nada
que no sea tu felicidad.

Voy a lanzar indirectas como
si fueran oportunidades,
esperando no hacerte daño en
el intento. Voy a romper la rueda
que nos dice que seamos
lo que somos. Voy a ser la
diferencia entre nunca y quizás.

Voy a tragar esperanza como quien
bebe alcohol de noche. Como
quien espera desesperarse en la
negrura y la botella. Voy a mirarte
a la cara para decir que nada es
nada. Voy a retroceder, asustado,
ante la garras de la vida que se
clavan como años en el dorso
de mis manos.

Voy a dejar escapar una lágrima
enjaulada para dispararle por la
espalda. Voy a culparte de mis
sentimientos y voy a sentir que
soy injusto al cobrar tus miradas
en corazones rotos. Voy a caer
al suelo oscuro y voy a lanzar al
rostro del destino mis zapatos.
Voy a lanzar mi rabia al viento
por haberme hecho esclavo de mi
mente, y para caminar, yo solo,
sin barrera entre mi cuerpo
y lo que quiero.