miércoles, 23 de octubre de 2019

Luz

El silencio me hizo creer, desafortunado,
que escuchando se solucionaba todo, y
aquí estoy. Con todo mejor y todo adelante
y con los pasos que aún no he dado
marcados en la arena del reloj partido del futuro.

Hoy quiero hablarte y darte las gracias
por enseñarme a querer y ser querido.
Por hacerme tanto avanzar, como mejor.
Un año nos ha separado en cuerpo, 
pero hemos estado más juntos que nunca.

Quiero pensar, y lo consigo. Quiero decirte
que eres luminosa. Que eres el resplandor del sol
sin su dolor. La intimidad del fuego fatuo,
una vez abandona la oscuridad de la que nació.
Eres el calor de la hoguera, las historias en torno al fuego,
y la sinceridad de la noche callada.

Eres tú. Y me iluminas.