Hoy es, quizás, la noche
más vacía de la historia.
Con las persianas cerradas,
las paredes blancas
y mi sol artificial a la derecha.
Con los ojos abiertos mirando
fijamente al brillo perezoso
del cuarto creciente.
Hoy es, quizás, la noche
más vacía de mi historia.
Aún así, está demasiado
llena para atreverme a disfrutarla.
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