jueves, 13 de abril de 2017

Azul

Es noche y es brisa, es sueño.
El mar es un plato, y yo como
de él, como han hecho tantos
antes de mí. Resuena.
Resuena su luz invisible en la
oscuridad, resuena su lamento
y su quejido interminable.

Llama a la luna, y responde.
Llama a los cielos y se unen en
un mar celestial inacabado.
Me llama a mí y no sé responder
en su inmensidad. En su diminutez.
Hoy es suave, es tranquilo.
ayer fue fuego y furia helada.
La noche le cubre, su capa es
mi mente y mi mente se diluye
entre sus olas. Entre sus fauces
de amor imposible y necesario.

Le llamo y me llama. Pero.
No hablamos el mismo idioma.
Yo grito números y palabras,
Estructuras lógicas que tan bien
conozco, que tan mal desconozco.
Me responde en su vacío completo
con un viento que es más caricia
que dolor, me responde con un ciclo
de pesares y de espumas que no olvido,
que no entiendo. Me responde con
su esencia y yo le miro fijamente
sin saber si su respuesta es mi pregunta.



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