viernes, 13 de octubre de 2017

El camino

Y aunque estoy dispuesto
a beber de lo antiguo,
espero no acabar
ahogado en ello.

Aunque haya ríos
de frases bonitas
que me llamen,
y aunque la risa
de los árboles caídos
en desgracia
se confunda
con el seco sollozar
de mi familia,
espero seguir hacia
donde me dijiste
que debía, sin mirar
atrás y sin mirar
a delante.
Dejando que sea
la garganta la que
camine sobre los
anillos partidos
de la tráquea,
relegando lo demás
a la triste e inútil
función de recordar
llorando.

No paro, porque sé
perfectamente que pararse
es dejar reflexionar
al yo pasado,
y eso no va a pasar.
He dado los suficientes
pasos para saber que
la mayoría de las fuentes
del camino no dan agua,
y las que la dan,
piden tanto a cambio,
que más vale seguir
deshidratado, y esperar
que el lugar donde acabes
por caer muerto
sea más bonito que
el que cometiste
el error de abandonar.

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