sábado, 6 de mayo de 2017

Alberto

Hoy he visto por la calle
a un antiguo amigo,
pero he temido.
He retrocedido como herido
por la posibilidad de hablar
a una persona que llevaba
ya cuatro años olvidada.

Cobarde. Cobarde mundo
aquel que me recuerda dónde
estuve, y cobarde yo por
escapar de las palabras
de quienes me saben pequeño.
Cobarde yo por escribir
mis errores y no enmendarlos.
Por cerrar los ojos y abandonarme
en una oscuridad sin consecuencias.

Y ahora corro,
acelerando el paso ante
la evidencia de que ya no
soy lo que era. Mirando
atrás con la esperanza de
que fuera falso, de que
la lanza de la memoria
hubiera errado de nuevo.
Pero no, no se puede
olvidar si no se quiere,
y yo deseo este castigo
para mí sin duda alguna.

Hoy he visto por la calle
a un fantasma de mi pasado.
Hoy he visto por la calle
al cadáver de mis recuerdos,
y parecía más vivo que yo.

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