jueves, 30 de marzo de 2017

Su palabra era

Me veo a mí, el sabio
En inicio sólo en la montaña
Más tarde con colinas
Que rivalizaban su esplendor
Pero siempre por debajo
Me veo a mí, el inútil
El idiota especializado
En el conocimiento, rodeado
Por montañas más altas
Y por genios más geniales
Y el tonto del sabio ya no lo es
Es apenas un igual
En una cordillera infinita
Se definió por los demás
Y ahora los demás han cambiado
Y ya no queda yo
¿Qué hace ahora,
el supuesto superdotado?
El absurdo dependiente
De los otros
Ya no es nada
Y decide, para hacer gala de su genio
No ser por o de los demás
Se hace él
Le engañaron mucho tiempo
Con palabras de gloria,
No la quiere
Con palabras de amor,
Lo buscará
Pero no es definitorio
Con palabras de odio,
No lo siente
Con palabras de la patria,
No la tiene
Con palabras de amigos
No son necesidad
Con palabras de esfuerzo,
No es su objetivo
Hubo millones de palabras
Pero ninguna era suya
Así que empezó a buscar
La que le pertenecía
Y empezó a estudiar, a amar,
A odiar, a respetar, a celebrar,
A fantasear, sin dejarse definir
Por ello, porque su palabra era otra
Su palabra era un objetivo
Al que se dirigiría siempre, deteniéndose
En el camino a ver las vistas

Su palabra era cambiar la tierra para el hombre

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