jueves, 2 de marzo de 2017

¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué? Ahora que les has quitado
su vida, su risa, su padre.
¿Ahora qué? No hay ningún derecho
que ampare el tuyo a robar
lo que nos diste. No somos marionetas
ni estamos dispuestos a creer serlo ya.
Se acabó. No hay furia ni rabia. 
Da un paso al frente y muéstrate 
rodeada de la escoria que eres.

Por tener nos quitas, por soñar 
nos despiertas de la vida. Y no.
Ya es suficiente. A un hijo no
se le roba tan joven. A un niño no
se le arranca la esperanza entre las
manos, por mucho que se la dieras.
El mundo no es un maldito patio
de juegos para que te diviertas.

Danos o no nos des, no rías en
nuestras lágrimas, sádica y mísera.
No nos des si nos vas a quitar
todo y más, sin avisar. No nos 
hagas ser felices para ejecutar 
nuestra felicidad y dejarnos rotos en
el suelo. Vivos cuando no queremos,
muertos cuando no esperamos.

Y otra vez, te repito, no hay derecho
que ampare la basura que nos lanzas
a la cara. Que les lanzas a la cara.
Nos tienes ciegos, nos tienes en pedazos,
nos quieres sin querernos.
Nos quieres para ti, infantil sin edad,
niño de muerte y vida, capricho
inmune a la justicia. No somos 
juguetes, no son juguetes. No robes,
no quites, no recuperes lo que diste.

Porque ya no es tuyo, los regalos 
funcionan así, y las marionetas no quieren 
saber serlo. No le hagas sufrir, criatura,
porque ahora no ríe y no olvida,
no duerme en la noche y no sabe,
que nunca fue tuya mi vida.



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